1-1 Un Ibiza bipolar suma un punto ante el Atlético de Madrid B

Ibiza

La UD Ibiza ha cedido los primeros puntos de la temporada tras firmar tablas con el Atlético de Madrid B en un partido en el que los ibicencos han sido un conjunto chato en el primer tiempo y han enseñado una versión mejorada tras el descanso generando ocasiones para llevarse incluso un premio mayor.

En esta categoría, donde hay mucha igualdad, no se ganan los partidos sin bajar del autobús, hay que ponerle intensidad al juego, Y ser un equipo coral, como pedía el técnico celeste, Guillermo Fernández Romo, porque si fallan algunas piezas del engranaje, y esta tarde más de uno tenía el motor gripado en el primer tiempo, te ves superado, aunque el rival apenas te genere ocasiones de gol como ha ocurrido esta tarde en el Cerro del Espino, porque la solidez defensiva no está bajo sospecha.

La primera parte del equipo celeste fue la más floja y sosa de este arranque de temporada. El conjunto de Romo arrancó con Sequeira recuperando la titularidad en la portería y con Jesús Alvarez como improvisado central por la baja por lesión de Escassi. No desentonó en su posición y ha sido de lo mejor del equipo ibicenco, controlando bien junto con Olaortua al delantero Niño, el goleador colchonero. Cedric en la punta de ataque era la otra novedad celeste, pero se sigue esperando su mejor versión, porque hasta ahora está ofreciendo muy poco en ataque.

De los equipos filiales, sobre todo si son la cantera de uno de los grandes del fútbol español, se espera buen trato con la pelota. Y los cachorros rojiblancos lo pusieron en práctica desde el pitido inicial, porque se adueñaron del esférico. Toques y más toques, desde su propia área, ni un pelotazo y pequeñas asociaciones siempre con la participación de Bri, el mejor de los locales, un jugador exquisito que llevó la manija del choque a su antojo, bien secundado por Pablo Pérez. Aunque el dominio madrileño se perdía siempre en las inmediaciones del área ibicenca y Sequeira no tenía que intervenir, ante la firmeza de su defensa.

Enfrente el Ibiza, que nunca estuvo cómodo en el césped, no sabía como meterle mano al encuentro, intentaba llegar al marco contrario con las galopadas por las bandas, pero los centros laterales tampoco tenían precisión. Soko apenas tenía protagonismo, Cedric y Gallar estaban ausentes y Eugeni tampoco asomaba para poner orden. Solo los gambeteos de Suleiman alteraban la zaga rojiblanca, que cada vez se adueñaba más de la parcela ancha, aunque se le nublaban las ideas al llegar a la zona de tres cuartos.

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Así transcurría el juego hasta que a los 33 minutos Pablo Pérez desbordó por su banda y su centro medido lo aprovechó El Jebari para golpear con clase al fondo de la portería. Un tanto de bella factura y que hacía justicia a lo que se veía en el césped.

No reaccionaron los visitantes tras verse por detrás en el marcador. En la medular no había noticias de los centrocampistas y por fuera tampoco había desborde. Así se llegó al descanso y estaba claro que algo tenía que mover Romo para cambiar el guion del encuentro. Obolskii, que, hoy por hoy, debe ser siempre el nueve apareció en la segunda parte junto con Olabe en la posición de pivote ocupando las plazas de un flojo Soko y de un superado Tienza.

El arranque de la UD fue otra cosa, presionando mucho más arriba, con más intensidad en el juego y rápidamente tuvo premio en una internada de Suleiman que completó Gallar con un toque sutil en el punto de penalti. para lograr el empate. Solo se habían jugado tres minutos del segundo tiempo y el Ibiza creció, gracias a la brega y movilidad de Obolskii arriba y al mayor protagonismo de los centrocampistas, en un bloque con las líneas más juntas. Cedric y sobre todo Obolskii rozaron el gol tras una buena asociación en la frontal del área.

Al filial rojiblanco ya no le resultaba tan fácil jugar al toque, Bri se esfumó y el choque se inclinó más a lo que quería el Ibiza. Romo sacó del campo a Suleiman, que estaba siendo uno de los destacados, aunque su sustituto Abde pudo marcar nada más salir, tras un gran control y un remate raso que no encontró portería.

En la recta final, se partieron los dos equipos, con llegadas a las dos áreas sin precisión en el último pase. Sequeira tuvo que mostrar la calidad de sus guantes por primera vez, en su única intervención en el encuentro, y los ibicencos no aprovecharon varias faltas en buena posición. Así se cerró un partido en el que el Ibiza jugó para ganar 45 minutos y sesteó media parte.