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Salud y bienestar

¿Por qué nos cuesta tanto decir que No?

Escucha la edición de 'Abriendo Ventanas' con la psicóloga clínica Mariona Fuster

Abriendo Ventanas con Mariona Fuster 15/03/23

08:20

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Palma

Hoy abordamos con Mariona Fuster si sabemos decir que no. ¿Por qué nos cuesta decir que no? "Decir que no es poner límites, es expresar al otro que no estoy dispuesto a hacer algo que el otro espera que haga o desearía que hiciera, es una forma de expresar mis necesidades o mi criterio y diferenciarme del otro", dice.

"Esto de alguna manera nos pone cara a cara frente al conflicto relacional", dice. "Detrás del temor a decir que no está precisamente esto, sentir que estoy teniendo o voy a tener un conflicto con alguien por el hecho de decir NO", asegura. "También hay personas a las que les cuesta decir que no porque suelen tener dudas y no saben qué es lo mejor", explica.

¿Por qué a algunas personas les cuesta más que a otras decir que no? Sabemos que personas con autoestima más baja, con una percepción negativa de sí mismos, pueden tener más dificultades para decir que no o poner límites, lo que a su vez repercute en su autoestima también, convirtiéndose en la pescadilla que se muerde la cola. "Personas que están muy pendientes de la aprobación externa y del entorno, tratando de gustar y encajar. Esto ocurre con frecuencia en la adolescencia. También personas que tienden a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas propias; personas abnegadas y sumisas". "Personas con perfiles dependientes o inseguros también encontramos que les cuesta más poner límites. Pero aunque podemos encontrar variables personales o de personalidad que dificultan el que podamos decir que no, la realidad es más compleja e intervendrán otros factores como son variables contextuales y relacionales".

¿Cuáles son las consecuencias de decir siempre SÍ? "La principal consecuencia de decir siempre si es principalmente una pérdida de mi mismo; acabo interiorizando que lo que yo quiero, lo que yo decido, y de alguna manera quien yo soy, no es importante. Y lo que es peor, mi entorno, también acaba por no considerarme. siendo más sencillo", asegura.

 
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