El Mallorca se enfría

Palma

Pamplona -pese a las temperaturas registradas-, guardaba un calor especial para el sentimiento mallorquinista. Era difícil saltar al terreno de juego y no acordarse de la permanencia obtenida en mayo en el mismo escenario. Pero unos meses después los dos equipos aparecían con la misma necesidad por parte de ambos de puntuar en el campeonato liguero.

Aguirre sacó a sus hombres al verde con la noticia de la vuelta del francés Grenier a la titularidad, mismo caso que Dani Rodríguez que repetía en el once inicial. Volvían Kang y Maffeo y finalmente Galarreta, resentido de sus problemas musculares, se quedaba fuera de la lista para jugar en Pamplona.

Una primera parte según lo esperado, un partido entre dos equipos muy toscos de cara al contrario, sobre todo el Mallorca al que no le incomoda en ningún momento ponerse el mono de trabajo y dedicarse a anular al rival defendiendo. A día de hoy nadie le cuestiona esa filosofía a Javier Aguirre. Del primer periodo cabe destacar la tarjeta que obliga al surcoreano Kang In Lee a perderse el próximo compromiso de Liga frente al Celta de Vigo. Salvo un par de remates por cada conjunto, teniendo uno de Jaume Costa tras un centro de Maffeo como ocasión más clara, poco más que reseñar en los primeros 45 minutos.

Mismos once protagonistas de inicio en el segundo acto por cada equipo, casi sin tiempo para sentarse en el asiento, Aimar Oroz batió a Rajkovic tras una buena jugada de los locales que acabó sirviendo Moi Gómez para que el canterano rojillo rompiese el empate. 1-0. Instantes después tuvo Baba el empate con una volea que llegó incluso a rozar el palo.

El partido se rompió, se perdió el respeto futbolístico y el primero en mover fue Aguirre que metió a Amath en el terreno de juego. Osasuna intentaba llevar el partido al control y al sosiego mientras de Aguirre quitó a J Costa y a Copete para meter a dos hombres como Cufré y Abdón para terminar atacando en Pamplona.

Pocas ocasiones claras en la segunda mitad, a destacar la que tuvo Kike García para sentenciar en el 80. El balón se fue rozando el palo. Aguirre quemó las naves metiendo a Ángel y a Antonio Sánchez en el campo. El partido murió con las intenciones de unos y otros pero sin plasmarse en un cambio de guion. Un zarpazo de un canterano fue suficiente por parte de Osasuna para doblegar a un Mallorca que lo intentó, que sabe a lo que juega, pero que en ocasiones no es suficiente.