Los sacerdotes del futuro en Asturias: con vocación tardía pero más pegados a la realidad social

Oviedo

Treinta alumnos que aspiran a convertirse en curas; es el número que tiene, a día de hoy, el seminario en Oviedo. Algunos de ellos presentan vocación tardía, como es el caso del ovetense Rafael García, de 44 años, antiguo trabajador en el sector de la seguridad, hasta que escuchó “la llamada” de la Iglesia. El sábado se enfrentará al rito de admisión, tras cuatro años de trabajo. Es el que han de realizar, con una solicitud a la Iglesia, aquellos que buscan convertirse en religioso. También es tardía la vocación de Jonathan Hergueza, vasco de 28 años y que antes de su llegada hace un año se dedicaba, al mundo de las finanzas y a trabajar con una ONG que él mismo había puesto en funcionamiento, “Sonrisas de fe”, hasta que “Dios me mostró con toda claridad que me llamaba al sacerdocio”

El Rector del Seminario Metropolitano, Sergio Martínez, cree que las vocaciones tardías tienen mucho que ver con que “la sociedad ha cambiado” y sobre todo con los cambios de mentalidad, que postergan la toma de decisiones vitales, con una adolescencia que se alarga.

Preguntado, también por las palabras del Papa Francisco, abierto a la posible revisión del celibato, Martínez opina que es positivo que se pongan encima de la mesa debates como este para “poder hablar de un evangelio, de una Iglesia mucho más abierta, y respondiendo a la realidad que tenemos”, más pegada al mundo y a la realidad actual; sin embargo, descarta que de cuajar, esto vaya a suponer un incremento de las vocaciones, porque “si esa fuera una solución, los protestantes que no tienen celibato nos habrían dado veinte mil vueltas, y están peor que nosotros”.

El próximo domingo, día de San José, su patrón, se conmemora el día del seminario