Sociedad

La Policía Nacional de Jaca identifica a dos "mulas de dinero" suplantando la identidad de entidades bancarias

Aunque se reciba una llamada o mensaje que nos aparezca que es de nuestro banco, debemos desconfiar, colgar, y ser nosotros los que nos pongamos en contacto con la entidad bancaria

Las víctimas recibían una llamada o mensaje en la que el interlocutor simulaba ser un empleado de su entidad bancaria (vishing/smising)

Jaca

La Policía Nacional alerta del aumento de comisión de estafas suplantando la identidad de estafas bancarias y de que la combinación de varias técnicas de engaño dotan a esta farsa de la suficiente credibilidad para que una gran parte de la población pueda ser víctima de estos hechos delictivos. La Policía Nacional de Jaca, a raíz de la investigación de dos denuncias presentadas en dicha Comisaría, ha conseguido identificar a los beneficiarios de dichos créditos y compras, tratándose de dos personas de las denominadas “mulas de dinero”

Las víctimas reciben una llamada de un número de teléfono fijo, identificándose el interlocutor como empleado de su entidad bancaria. De hecho, mientras están hablando, las víctimas a través de un buscador de internet introducían este número de teléfono llamante y, efectivamente, salía que pertenecía a la entidad bancaria.

De esta forma los estafadores se ganan la confianza de las víctimas, puesto que utilizan plataformas que modifican la identidad de la llamada o SMS, haciendo que aparezca en pantalla el número que ellos quieren (spoofing)

Una vez que han conseguido engañar al ciudadano suplantando la identidad de la entidad bancaria, el objetivo de los ciberdelincuentes es robar información privada o realizar cargos económicos (phishing por voz -vishing- o phishing por sms -smishing-)

A continuación, este falso empleado bancario informa a la víctima de que han advertido de que se están realizando cargos en su tarjeta de crédito, llegando incluso a aportar su nombre y apellidos, así como el número de tarjeta bancaria. Lo cual, continúa fomentando esa confianza de la víctima en que la llamada realmente procede de su banco.

El falso empleado bancario manifiesta que para retrotraer esos cargos efectuados le van a enviar unos códigos por SMS y que se los tiene que facilitar para poder así anular las compras, facilitando las víctimas estos códigos.

Cuando las víctimas acceden a sus cuentas, o se ponen en contacto con su Banco es cuando se dan cuenta de que han sido estafadas. Los ciberdelincuentes han solicitado créditos por valor superior a los 15.000 euros y han realizado compras por importes muy elevados, entre los 1.000 y los 2.000 euros.

Por ello, la recomendación de la Policía Nacional es:

• No seguir indicaciones a través de teléfono o mensaje, ni facilitar ningún tipo de código. Aunque se reciba una llamada o mensaje que nos aparezca que es de nuestro banco, debemos desconfiar, colgar, y ser nosotros los que nos pongamos en contacto con la entidad bancaria. Ninguna entidad bancaria pedirá nunca a su clientes datos sensibles (claves, contraseñas ) por teléfono, correo electrónico, SMS, ni por cualquier otro medio.

• Nunca acceder desde enlaces recibidos en correos o SMS ya que suelen suplantar y simular la página oficial. Acceder siempre escribiendo en el navegador la dirección bancaria, de la empresa de paquetería o de la empresa en cuestión.

• Ponerse en contacto telefónico con la entidad bancaria o empresa en el teléfono oficial, no desde el número que nos llame.

Las “mulas de dinero” son personas reclutadas por organizaciones criminales para recibir y transferir, entre cuentas bancarias y diferentes países, dinero obtenido ilegalmente. A través de las “mulas de dinero”, los delincuentes tienen acceso a los fondos procedentes de sus actividades ilícitas sin revelar su identidad. Las “mulas” son captadas mediante suculentas ofertas de trabajo en la Red, mensajería instantánea o incluso en persona. Ofertas laborales en las que, sin apenas requisitos, se ofrecen importantes comisiones por transferir las cantidades ingresadas en su cuenta bancaria por parte de los delincuentes. De este modo, las “mulas” se convierten en responsables de un delito de blanqueo de capitales.

 
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