Fernando Fabiani: "Que la Semana Santa y la primavera no nos cojan por sorpresa"

Sevilla

Hay que retroceder a 2019 para recordar una Semana Santa como la que se espera desde este próximo viernes de Dolores. Procesiones en la calle, calles abarrotadas y una ocupación hotelera que, según los últimos datos irá desde el 70% en el Domingo de Ramos, hasta el 100% a partir del Jueves Santo. Si a esto se suma que nos han pronosticado una primavera tropical, hay que suponer que hará calor con lo que eso significa en la salud de los ciudadanos por las muchas horas de pie y, en más de una ocasión, al sol.

De ahí que no sean raras las lipotimias, una pérdida transitoria de conciencia que comienza de manera rápida, de escasa duración y recuperación espontánea completa. Se produce por la disminución en la perfusión sanguínea que llega al cerebro, por lo que deja de funcionar adecuadamente.

Para auxiliar a una persona que ha sufrido una lipotimia, de manera general, es aconsejable tumbar al paciente y elevar las piernas. Por el contrario, lo que no habría que hacer nunca es alarmarse y comenzar la reanimación cardiopulmonar sin haber comprobado previamente si respira o tiene pulso, dar pequeñas bofetadas para que recupere el conocimiento o incorporar al paciente demasiado pronto.

Y aunque Sevilla ya huele maravillosamente a azahar, no hay que olvidad que este olor viene acompañado de los correspondientes pólenes y síntomas alérgicos. Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas, siete de los cuales son alérgicos a gramíneas seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónicas, plátano de sombra, salsola y parietaria. En el sur peninsular los pólenes más frecuentes son los de olivo y gramíneas.

Otro asunto importante es que se avecinan unos días complicados para nuestros pies, especialmente si tenemos pensado disfrutar de estas fiestas en todo su esplendor... Es importante elegir un calzado cómodo que nos permita andar largas distancias sin provocarnos dolores o rozaduras, y medias especiales si se tienen problemas de circulación como varices.

El calzado ideal es el de piel, pues los sintéticos tienden a aumentar la sudoración. Debe contar con suela flexible y un leve tacón. Se desaconseja estrenar calzado durante la procesión o los días previos.

Y qué decir del abuso de la torrija...