Bicicleta y feminismo
Firma de opinión de Julián Blanco, coordinador de la Plataforma Carril Bici de Córdoba
Córdoba
Ya que marzo es internacionalmente considerado el mes en que se reconocen los logros de las mujeres en la sociedad actual, me ha parecido procedente aportar algunas ideas sobre bicicleta y feminismo.
A finales del siglo XIX, este medio de transporte causó una verdadera revolución feminista, sacó a las mujeres de sus casas y les dio la independencia necesaria para desplazarse por las calles y recorrer distancias cada vez mayores.
Por otro lado, para pedalear con comodidad se hizo necesario modificar los vestidos, diseñar ropas más holgadas e incluso ponerse pantalones.
Como siempre, surgieron voces que consideraban inmoral que las mujeres salieran de su hábitat natural, o sea, el espacio doméstico y familiar. Incluso desde el campo de la medicina se las trató de persuadir para que dejaran de pedalear, advirtiendo de supuestos problemas de salud que les podían provocar.
Por su parte, las activistas y defensoras de la bicicleta experimentaron que pedalear no sólo fortalecía el cuerpo, sino también el ánimo y la confianza para superar los límites impuestos por la moral y la costumbre.
La incansable Susan B. Anthony, que recorrió Estados Unidos defendiendo los derechos de las mujeres y el voto femenino, llegó a decir: “El uso de la bicicleta ha hecho más por la emancipación de la mujer que cualquier otra cosa en el mundo”.
Tal vez exagerara, pero no cabe duda que la bicicleta fue y sigue siendo una aliada feminista.
