Radiografía de los barrios más pobres de Córdoba: Entre el abandono y la lucha

Córdoba

Córdoba cuenta con 4 de los barrios más pobres de España. Las Palmeras, el barrio del Guadalquivir, el sectorSur y Las Moreras. Según el INE, su renta va de los 7.300 a los 8.500 euros anuales.

Con problemas comunes. Un parque de viviendas públicas con muchas deficiencias, un paro inabarcable, fracaso escolar, problemas de seguridad y falta de iniciativas educativas que inculquen el civismo en una parte de su población. Y así pasan los años, aseguran sus vecinos, sin una intervención integral.

Llegamos a las Palmeras, que se encuentra al oeste, a casi 4 kilómetros del casco urbano. Entramos al patio Pico Mulhacén, es mediodía. Un patio con losas levantadas y basura acumulada. Hay maleza que crece sin freno y también algo de chatarra y alguna gallina. Allí está Esteban, que no llega a la treintena. Tiene dos niños y está sin trabajo.

"Nos critican por el barrio. Somos chavales jóvenes que queremos tirar para adelante. Es el barrio donde me he criado, donde están mis amigos y mi familia", cuenta a Radio Córdoba.

En Las Palmeras, conformadas por manzanas de ladrillo en torno a patios y conectadas por portales y calles, la población habita en viviendas públicas de la Agencia de Vivienda y Rehabilitación de Andalucía (AVRA). Muchos de sus vecinos viven de alquiler y otros han comprado el inmueble. Uno de los vecinos lamenta que las viviendas se abandonen y que la Junta de Andalucía no vuelva a adjudicarlas. Sobre todo, para evitar problemas de usos "menos buenos" o de ocupación.

Sole tiene 61 años y vive sola en la casa en la que vivieron sus padres. Nos explica que la mayoría son gente del barrio de toda la vida, aunque después también haya situaciones "complicadas".

La seguridad es uno de los temas que más preocupan. Lamentan que las administraciones opten por generar un gueto en barrios como el suyo a costa de los vecinos que no generan problemas. "Parece que a las autoridades les interesa tenerlo. Saben que esto es como un rincón y todos vienen aquí a parar y saben dónde buscar".

Rafa tiene 29 años y tres hijos. Todos estudian fuera del barrio. trabaja en la tienda de ultramarinos de sus padres. "Mi padre lleva 60 años aquí y hay gente muy buena y muy trabajadora, pero esto cada vez va más para abajo", asegura.

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La falta de empleo y de actuaciones hacen aflorar actividades ilícitas como el cultivo de marihuana. Aunque los vecinos aseguran que los Servicios Sociales y recursos como el ingreso mínimo vital han generado más calma.

Los patios en Las Palmeras son considerados zonas privativas y la competencia no es de Sadeco, aunque entran a limpiar de vez en cuando. Francisco Ruiz, gerente de Sadeco, destaca que incluso se emplean medios "específicos" para atender su realidad. No obstante, asegura, en acuerdo con los vecinos entran puntualmente a los patios a limpiar.

Pero paseando por sus calles vemos iniciativas como la de la ONG Adsam, que con fondos del Instituto Municipal de Empleo (IMDEEC), está llevando a cabo una escuela de peluquería que, a media mañana, está llena de jóvenes.

Remedios, una de las alumnas, explica que "no sabía que este mundo me iba a gustar. Al meterte aquí, hacer cosas y estar con gente te meten ganas. Es una experiencia muy chula y aprendes cosas nuevas".

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El grave problema de estos barrios, que se sienten abandonados, es que no hay una actuación coordinada de las administraciones y de las asociaciones que trabajan en el terreno. "La evaluación es muy importante porque hay inversiones y proyectos, pero realmente no tienen impacto ni capacidad de transformación", afirma Antonio Sianes, director del Instituto de investigación en políticas para la transformación social de Loyola. Trabajan en este y otros barrios en exclusión. Su enfoque es la investigación de las acciones en este y otros barrios de la ciudad. También el refuerzo del papel de las asociaciones vecinales y de la pertenencia al barrio.

Pero estos esfuerzos o programas deben ser efectivos. Para ello se aprobó el Plan Integral de Las Palmeras que no termina de activarse, propuesto por los vecinos de asociaciones como Unión y Esperanza de las Palmeras.

Sí que hay un equipo impulsor del barrio en el que participan tanto la Universidad de Córdoba (UCO) como la Universidad Loyola. También están los colectivos vecinales, el ayuntamiento o las organizaciones que trabajan en la zona.

La UCO trabaja con distintos programas de inserción socieducativa desde 2018 y ya tienen 3 alumnos universitarios del barrio. Sara Pinzi, vicerrectora de Igualdad, ha detallado que su colaboración con el barrio ha conseguido que 3 jóvenes de Las Palmeras estudien en la universidad. "La independencia y la emancipación ocurre a través de los estudios universitarios o superiores. El objetivo principal es luchar contra el abandono escolar", ha señalado.

"Olvido" de Las Moreras

Los vecinos de Las Moreras también se quejan del abandono de las instituciones. No están mucho mejor a pesar de su ubicación, cerca del Vial Norte y rodeado de barrios bien situados.

"Aquí no hay talleres de empleo ni casas de oficios, el centro de adultos se lo llevaron y tiene que estar en el barrio. Somos casi 11.000 personas y todas no somos iguales", explican unas vecinas. Entre ellas, Ana Sánchez, de la asociación 'La Palabra'. Lamentan que no haya actividades que verdaderamente sirvan para la empleabilidad, mientras que crece en el barrio la conflictividad, con locales ocupados donde crece la presencia de personas que generan inseguridad.

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Aseguran que la limpieza en el barrio es deficiente, aunque reconozcan falta de civismo por una parte de los habitantes de esta zona en la que también prevalecen las viviendas de AVRA. Por ello, piden un plan integral como el que ya se aplicó en Las Moreras antes de la crisis de 2011 "que estaba funcionando porque íbamos todos a una, pero eso a los políticos no les sirve. Les interesa ser ellos quienes deciden, sus réditos electorales", critica Ana.

Vamos hasta la tienda de ultramarinos que Gloria regenta desde hace casi 15 años. Lamenta la dejadez que viven sus vecinos. "Necesitan mucha actividad, que la juventud y los niños tengan muy buena educación, porque va a ser el futuro del barrio. Necesitan actividades, que les pasen cosas buenas y que desaparezca todo lo malo que ocurre".

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Se quejan de problemas de limpieza y también de falta de accesibilidad a las viviendas de AVRA. Antonia, de 69 años, necesita un ascensor y camina con un documento sin saber muy bien dónde presentarlo. "Yo ya no puedo subir el carrito. Sé que están haciendo obras por otros sitios pero aquí también nos hace falta", nos cuenta.

El centro cívico es el punto administrativo de referencia en el barrio. Y es poco, nos cuentan en las calles. Tampoco tienen instalaciones deportivas para los jóvenes, con infraestructuras "abandonadas", cuenta Manuel Ortega, que durante mucho tiempo lideró 'Haz tu futuro'. Ortega pide un Área de Regeneración y Rehabilitación Urbana (ARRU) "debe ser el alcalde el que la pida" a la Junta de Andalucía.

Cuando abandonamos Las Moreras, una joven vecina acompañada de su hijo camina por la última calle que separa al barrio de la avenida Tenor Pedro Lavirgen, hacia el Vial. Se llama Aroa, y asegura que "el barrio está cada día peor. Yo no quiero que mi niño salga en el barrio. Porque no sabemos qué puede pasar". Su hijo menor siente devoción por la pintura y el arte y "saca todo diez", pero no sabe cómo va a poder pagarle unos estudios en el futuro. "Necesitamos ayuda", concluye.

La pobreza mira al 'Sur'

Una estampa muy parecida a los dos barrios anteriores se encuentra en el barrio del Guadalquivir, al sur "más sur" de la ciudad. Allí está la presidenta del consejo de distrito, Mariló Damián, junto a Juan, de la asociación de vecinos Amargacena, y Rafa, un vecino de la manzana 14. Como las Palmeras y Las Moreras, el barrio está conformado de manera importante por manzanas de edificios de viviendas sociales en torno a un patio.

De nuevo, vemos basura acumulada, maleza, grietas y roturas en pavimento y solería. También problemas de vertidos de aguas fecales desde los sistemas de saneamiento de estas construcciones.

Como en el resto de barrios visitados, falta accesibilidad en los pasos de cebra, hay arboles caídos y alcorques levantados. Además que acerados impracticables en calle como la calle Libertador Simón Bolívar.

"Vamos a tener que ir a protestar todos los días en la puerta del ayuntamiento, a ver si ya se dan cuenta de que el barrio ya está en lucha, que no aguanta más", dice Juan. El tejido asociativo del sur es fuerte. Sin embargo, el Guadalquivir sigue tocado también por la inseguridad. No hay comisaría ni presencia policial. Mariló Damián pide a los políticos que se den "un paseo por los barrios, como estamos haciendo ahora, para que vean que ninguna persona con movilidad reducida o carrito puede pasar por aquí", nos explica en Simón Bolívar.

Rafa os acompaña a la manzana 14. Solo en el soportal hay restos de orines y de una fogata por la reunión de una veintena de jóvenes durante la noche anterior. "Nosotros estamos de alquiler y no podemos hacer nada. Solo pedimos que este portal se pueda cerrar para que no tengamos que sufrir esto", señala con tristeza. "Vivimos personas humildes, que no tenemos dinero para el gasto de todo los años", añade con respecto a los atascos de las tuberías y de las arquetas.

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Preguntada por estos problemas, la delegada de Fomento de la Junta de Andalucía, Cristina Casanueva, insiste en que desde 2019, AVRA ha invertido en su parque de viviendas en Córdoba más de 10 millones de euros. "Cuando hay incidencias, se registran en registro de entrada de la agencia y la oficina técnica analiza las solicitudes por si debemos asumirlo nosotros o es responsabilidad de los vecinos", afirma. Y apunta al mal uso de los vecinos que tiran por el inodoro toallitas o animales que terminan provocando daños graves en las tuberías. Los vecinos, por su parte, piden ser escuchados por la administración.

Junto a la manzana 14 nos encontramos con una gran grieta provocada por el movimiento del pavimento tras "ceder" la canalización del arroyo de la Miel. De hecho, hay un socavón vallado en mitad de la vía y los movimientos de tierras han afectado a las viviendas. Una vecina explica que "la pared del pasillo está rajada, la del comedor y los azulejos de la cocina están partidos. Se mueven los pisos por el arroyo". Otro vecino recuerda que hicieron una cata que "taparon". "Yo no veo una solución, no hacen ni caso", denuncia.

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La inseguridad disminuye pero no desaparece en el sector Sur. hay problemas con el alumbrado público. Y los acerados, alcorques y pavimento de numerosas calles también presentan desperfectos. Aún están a la espera, además, de instalaciones deportivas como San Eulogio o del que ocupará el espacio del polideportivo de la Juventud.

Cristina regenta una carnicería en el pasaje existente entre la calle Huelva y la avenida de Granada y no hay alumbrado público. Ella colocó un foco pero se lo arrancaron. Y a partir del atardecer, esta oscuridad trae consigo también inseguridad. "Desde que cae la noche estamos a oscuras total y hay veces que te da hasta miedo de quienes se esconden por aquí de la policía. Y tenemos que por esta falta de alumbrado, alguna noche nos pueda ocurrir algo", añade.

Cerca de allí, una vecina con andador no puede pasar por una acera levantada por las raíces de un árbol. Y otra más joven, se queda de la falta de instalaciones deportivas para los niños y de la suciedad. "Yo no sé dónde va el dinero de los contribuyentes, porque pagar pagamos. Pero mejora no vemos ninguna".

Ya en el campo de la Verdad, en la margen izquierda del Río, al otro lado del Puente Romano, los problemas son otros. Aunque también se quejan de la falta de inversión en una zona que es puerta de entrada del casco histórico. "Nosotros también pagamos impuestos, como en los barrios del norte", nos dice un vecino que vuelve del trabajo.

Allí nos recibe el presidente de la asociación de vecinos Puente Romano, Juan Moreno Mata. Allí nos explica que el origen del problema del barrio es que "tiene mucha superficie y pocos votos".

Sobre todo, sufren el problema de aparcamiento por la ocupación de las vías cuando se dan eventos en el entorno como la feria, el mercado medieval o la Semana Santa. Además de la presión turística.

Las zonas de aparcamiento vecinal (ZAV) no están encontrando el formato adecuado. Proponen al Ayuntamiento que genere un espacio para los visitantes o limitar el aparcamiento de estos a determinadas horas al día. Además de habilitar las bolsas de suelo disponibles para ello. "Sería importante una solución para todo el distrito 14.009", el código postal de todo el distrito Sur.

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Además, ahora están sufriendo la presencia de contenedores ante las puertas de las casas. Y la carencia de espacios libres dentro del barrio.

La concejala de Servicios Sociales, Eva Contador, ha asegurado que en los barrios más vulnerables se está mejorando la atención y recortando plazos de espera. "Pusimos un triaje el año pasado que ha hecho que zonas como Las Moreras solo tenga un día de espera. Llamas y al día siguiente ya te atiende la trabajadora social. Sitios como Sur están ya al 50%. Y en Las Palmeras hemos activado la mesa del barrio, creada pero que no se había reunido. Y los proyectos para la zona han sido analizados por las asociaciones de vecinos para puntuarlos", asegura a Radio Córdoba.

Mientras que desde el área de Infraestructuras Antonio Álvarez ha explicado que ya se cuentan con un gran contrato de "parcheo" y mantenimiento para distintos ejercicios con el que poder acometer actuaciones de mejora en estos barrios. La falta de este instrumento ha afectado a toda la ciudad. "Ya lo tenemos y las actuaciones iremos llevándolas a cabo. ¿Queda muchísimo por hacer? Es cierto. ¿Debemos hacerlo en tiempo y forma? También, porque si no hacemos el mantenimiento se nos multiplica el trabajo y la necesidad", ha explicado el edil.

El concejal de Accesibilidad, Bernardo Jordano, ha reconocido que en este mandato no han acometido ninguna actuación ni en Las Palmeras ni en Las Moreras. Esta semana sí que ha adjudicado dos lotes de accesibilidad en pasos de cebra en el sector Sur. Y ahora, también asegura que se va a poner en marcha un "contrato flexible" para poder ir atendiendo las necesidades de los barrios. "Ahora estamos intentando sacar adelante un proyecto más ambicioso y con más cintura para ir a los sitios más rápido, de unos 2 ó 3 millones de euros para este ejercicio y los dos siguientes", ha argumentado Jordano.

Las asociaciones de vecinos insisten en que en los últimos años se ha hecho "poco" y sin eficacia para paliar la realidad de las zonas más vulnerables de la ciudad.

"Ahora vendrán a pedirnos el voto como todos los años y después de olvidarán", explica una vecina de la avenida de Cádiz. Y así llevan demasiado tiempo.