Llamamiento desesperado de una familia de Cártama a la Junta para que agilice la prestación por dependencia

Málaga

Más de siete mil personas están a la espera de la valoración de su grado de dependencia y el acceso a las prestaciones correspondientes, según las centrales sindicales en Málaga se prolonga más allá de los quinientos días, multiplicando por tres los 180 establecidos por la ley.

Según el sindicato Comisiones Obreras, con datos a 31 de enero, en Málaga hay 48.000 personas con derecho a prestación por dependencia, más de siete mil están esperando que se solucione su expediente y 9.500 que comience el procedimiento con la valoración de su estado. La espera media para lograr la valoración del paciente se alarga casi un año y hay que aguardar tres meses más para que se conceda la prestación.

Izquierda Unida denuncia que el pasado año más de cinco mil malagueños fallecieron mientras esperaban la ayuda a la dependencia, los sindicatos estiman que fueran más de tres mil.

La Junta de Andalucía defiende que se ha rebajado el tiempo de atención y la lista de espera.

Datos y manifestaciones que salieron a la luz el pasado mes de febrero con motivo de la celebración del Día del Mayor. Porque son los jubilados y pensionistas y, sobre todo, las mujeres las principales damnificadas por el funcionamiento del sistema.

Hoy le hemos querido poner voz a esta situación. Estamos en Cártama, en la casa de Rafaela y Manuel.

Rafaela tiene 69 años y es dependiente, con demencia senil en los últimos tres años ha sufrido dos ictus cerebrales que la ha dejado impedida.

La cuida su marido, Manuel, de 71 años. La primera ocasión en la que solicitó una prestación por dependencia fue en diciembre de 2020, tras el primer infarto cerebral de su mujer, solicitó entonces el ingreso de Rafaela en un centro de día para estar atendida por las mañanas... la respuesta tardó 19 meses en llegar, más de 500 días, para entonces a ella le había dado un segundo ictus y su situación se había agravado. Manuel quiso ampliar la prestación, pidió que fuera ingresada en una residencia para ser atendida, ahora denuncia que, prácticamente sin ayuda, tiene que esperar, de nuevo.

Rafaela va cada mañana al centro de día para ser atendida, a partir de las cinco de la tarde es Manuel quien se ocupa de ella, haciendo, dice, labores de sanitario para las que no tiene formación y sin fuerzas para ocuparse de una persona dependiente, en casa cuenta con seis

De momento, solo cuenta con seis horas semanales, es la ayuda que tiene en casa y Manuel asegura que con su edad no puede atender como debiera a Rafaela.