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AGADEN denuncia la existencia de un macro-vertedero de residuos textiles en el Cortijo Real

Zona Franca es propietaria de los terrenos

AGADEN denuncia un gran vertido de textil en el Cortijo Real

AGADEN denuncia un gran vertido de textil en el Cortijo Real

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Algeciras

La existencia de un macro-vertedero ilegal de residuos textiles en el Polígono industrial del Cortijo Real, de cuya procedencia no se consigue aclarar, hace que la entidad ecologista inste tanto a la Zona Franca de Cádiz dueña de los terrenos, como al Ayuntamiento de Algeciras como a la Sub-Delegación de Gobierno a que sea retirado dicho vertido.

Desde 1996, la cantidad de ropa comprada en la UE por persona ha aumentado un 40 % tras una fuerte caída de los precios, que ha reducido la vida útil de la ropa. Los europeos consumen casi 26 kg y se desprenden de unos 11 kg de textiles cada año. La ropa usada puede exportarse fuera de la UE, pero la mayoría (87%) es incinerada o depositada en vertederos. A nivel mundial, menos del 1 % de la ropa se recicla como prendas de vestir, en parte debido a tecnologías inadecuadas.

En virtud de la directiva sobre los residuos aprobada por el Parlamento Europeo en 2018, los Estados miembros tienen que establecer una recogida separada de los textiles antes de 2025. La nueva estrategia de la Comisión también incluye medidas para abordar la presencia de sustancias químicas peligrosas, llamar a los fabricantes a responsabilizarse de sus productos a lo largo de la cadena de valor, incluso cuando se convierten en residuos y ayudar a los consumidores a elegir productos textiles sostenibles.

El hecho de que exista un vertedero de estas características en Algeciras no es una cuestión estética, ya que esa ropa se van descomponiendo lentamente y, por procesos de lixiviación, emanan gases tóxicos para las personas y que acaban convirtiéndose en gases de efecto invernadero.

El problema de la contaminación por compuestos químicos se agrava aún más en el caso de las fibras sintéticas porque se fragmentan en pedazos muy pequeños. Se estima que unos 0,5 millones de toneladas de microfibras, tanto naturales como sintéticas, que acaban en mares, océanos y ríos cada año. En el caso de aquellas procedentes de tejidos como el poliéster se consideran microplásticos y son capaces de atraer y acumular las sustancias tóxicas presentes en el medio marino y de transportarlas a largas distancias. Una vez en el mar, los microplásticos se fragmentan en pedazos más pequeños, por la acción de la luz solar y del oleaje, y se van transformando en nanoplásticos, que tienen aún más capacidad de penetrar en el organismo e incluso en las células.

Tanto esos microplásticos como los nanoplásticos como otros son irrecuperables del medio ambiente. Son ingeridos por la fauna marina, que los confunden con el plancton, y se acumulan en sus tejidos y órganos a lo largo de su vida, lo que les provoca toxicidad crónica. Además del grave peligro de incendio por la acumulación de estos residuos.

La organización ecologista entiende que cinco meses son muchos meses y que las administraciones deben tomar nota de la situación de este enclave industrial e insta a una rápida solución. Es un problema mundial que, como no, ha llegado al Campo de Gibraltar donde parece que toda tropelía medioambiental tiene cabida. Además, AGADEN-EA solicita que en dicha zona industrial se invierta en medidas que harían disuadir el hecho de que se provoque vertederos de este tipo, como puede ser una mayor vigilancia, el cerramiento de parcelas, más limpieza, cámaras de vídeo, etc.

 
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