Sanidad Pública

Jerez de la Frontera

No cabe duda de que la inmensa mayoría de los ciudadanos valoramos nuestro sistema sanitario público y universal como uno de los pilares de la sociedad española, pues todos tenemos muy claro que la salud es lo primero.

Los fallos, demoras y carencias en la atención médica también los padecen en forma de estrés laboral los propios sanitarios, bastante quemados después de años en condiciones precarias. Y, sin embargo, han seguido cumpliendo con su servicio aun a riesgo de sus vidas, como hemos comprobado en la cruda pandemia, cuya primera oleada mortífera se llevó a tantos de ellos.

No puede admitirse que el señor Moreno Bonilla declare con aviesa intención que las huelgas del personal sanitario son oportunistas e inoportunas ahora que es invierno y cunden catarros y gripes. Porque precisamente lo que se demanda desde hace mucho tiempo es que se inviertan los presupuestos adecuados y puedan disponer de los medios óptimos para cumplir con su obligación, que es la de atender bien a sus pacientes. A la larga, el gasto sanitario es mayor cuando empeora la atención primaria, por cuanto las enfermedades se agravan y luego salen bastante más caros los tratamientos, los hospitalarios y los farmacéuticos.

Con la alta responsabilidad que encarna el presidente de todos los andaluces, como él mismo suele pregonar hasta la unción, lo que debe hacer el señor Moreno Bonilla es sentarse a escuchar y atender las razonables demandas de los sanitarios, pues afectan en definitiva a la mayoría de la población andaluza. A no ser que quiera asemejarse a su compañera Ayuso en el hecho de dañar aún más la sanidad pública para beneficiar a la privada.

Como ustedes, yo tengo memoria y no olvido cuando salíamos a los balcones a aplaudir la dedicación de nuestros esforzados sanitarios durante la pandemia, porque nos salvaron la vida.

Va para ellos mi aplauso renovado en esta humilde columna.