Seis meses para el gran debate sobre el estado de la ciudad

Sevilla

Quedan seis meses para las elecciones municipales. En seis meses ocurrirán muchas cosas, entre ellas, querido oyente, se devengará un nuevo recibo del IBI, la antigua contribución urbana, el principal impuesto que los Ayuntamientos gestionan de forma directa.

Seis meses en los que oiremos hablar mucho, muchísimo, de asuntos que afectan a la nación, a la convivencia entre los dos partidos que forman el Gobierno central. Nos darán la matraca con la lucha en la comunidad autónoma de Madrid, donde la ‘cibeles’ Ayuso juega siempre a hacerse fuerte en el ruedo nacional. Nos hablarán mucho de las presiones en Cataluña, donde la barrila nunca cesa. Y, cómo no, de las reivindicaciones del nacionalismo vasco.

Pero las elecciones que nos aguardan son municipales. Afectan a la ciudad, a su futuro, a sus intereses cono municipio puro y duro. No debemos permitir que nos distraigan con asuntos extramunicipales por el mero hecho de que sean munición política del interés de determinados partidos.

Seis meses que deberían ser para hablar de nuestras calles y plazas, del transporte, de la limpieza, de la Policía, de la vergüenza de no contar con un tren entre Santa Justa y el Aeropuerto, de los excesos del turismo, del urbanismo que sigue generando espacios duros, sin sombra, y del uso o abuso de los espacios públicos para eventos que a veces prostituyen los monumentos…

Seis meses que deberían ser para promover un gran debate sobre el estado de la ciudad. Que no nos distraigan desde Madrid o Cataluña con sonajeros que no toca agitar. Nosotros no podemos perder el tiempo, no podemos permitirnos ese lujo. Acumulamos ya demasiado retraso por mucho que la fragancia de azahar ayude a sobrellevar nuestras carencias.