Ciencia y tecnología

El hombre al que trasplantaron un corazón de cerdo murió contagiado por un virus porcino

"Era un paciente, no un experimento"

El hombre al que trasplantaron un corazón de cerdo murió contagiado por un virus porcino. / JAVIER SORIANO

Madrid

El nombre de David Bennet pasó a la historia de la ciencia por ser la primera persona en recibir un trasplante de procedencia animal. En concreto, el estadounidense de 57 años consiguió sobrevivir durante dos meses con un corazón de cerdo sustituyendo al suyo propio. Sin embargo, aunque al principio todo parecía ir según lo previsto, las cosas empezaron a complicarse aproximadamente un mes y medio después de la intervención.

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En ese momento, “no se identificó una causa obvia de su muerte”. Ahora, el cirujano que estuvo al frente de la operación, Bartley Griffith, ha revelado que están empezando a esclarecer las causas de la muerte de Bennet. Un estudio reciente ha detectado la presencia del citomegalovirus porcino, "una infección prevenible que está relacionada con efectos devastadores en los trasplantes", según explica 'MIT Technology Review'.

“Estamos empezando a saber por qué falleció. Quizá [el virus] fue el actor, o podría ser el actor, que desencadenó todo”, introdujo Griffith en un encuentro virtual organizado el pasado 20 de abril por la Sociedad Estadounidense de Trasplantes.

Aunque todo apunte a este virus porcino como causa de la muerte de Bennet, Griffith se muestra optimista y no considera este fallecimiento una mala noticia en el mundo de los xenotrasplantes pues, “si esto fue una infección, probablemente pueda prevenirse en el futuro”.

Algunos estudiosos temen que la transmisión de virus porcinos a seres humanos pueda originar una pandemia, "si un virus se adaptara dentro del cuerpo de un paciente y luego se propagara a médicos y enfermeras".

No obstante, el especialista en infecciones de trasplantes en el Hospital General de Massachusetts, Jay Fishman, no se cree que el virus concreto hallado en el corazón trasplantado a Bennett tenga la capacidad de infectar células humanas: "No existe un riesgo real para los humanos" de que se propague más, ha asegurado Fishman.

El virus podría evitarse "probando mejor a los animales"

Por su parte, el Instituto de Virología de la Universidad Libre de Berlín, al frente del estudio que ha revelado estos datos, considera que se trata de un problema que podría superarse con pruebas más precisas. El director de este instituto, Denner, ha reconocido que “es un virus latente y difícil de detectar”, pero que podría evitarse "probando mejor al animal".

De hecho, sostiene Denner que el virus relativamente fácil de detectar y eliminar entre las poblaciones de cerdos, pero lamenta que en este caso "no se realizó un buen ensayo y no detectaron el virus". "Esa fue la razón: el cerdo donante estaba infectado y el virus fue transmitido por el trasplante”, ha concluido.

"Era un paciente, no un experimento"

El equipo de Griffith, del Centro Médico estadounidense de la Universidad de Maryland, ha recibido incontables críticas tras su comparecencia del 20 de abril; críticas que ha sorteado alegando que para ellos, Bennet "era un paciente, no un experimento", como muchos han insinuado.

De hecho, el propio Griffith ha explicado que el paciente se sometía a revisiones periódicas "de última generación" para controlar el estado de su corazón: escanearon su sangre con un secuenciador de ADN para buscas cualquier posible fragmento flotante de genes de cerdo puesto que cualquier variación habría sido indicativo de que las células del corazón estaban muriendo.

Fue otro examen de sangre, realizado 20 días después de la intervención quirúrgica en busca de cualquier tipo de virus o bacteria el que identificó "un pequeño punto" que indicaba la presencia de citomegalovirus porcino, según ha apuntado Griffith.

Una teoría alternativa desarrollada por el cirujano que practicó la operación

Sin embargo, ha relatado el cirujano que los niveles eran demasiado bajos, por lo que el equipo pensó que podría tratarse un error, sobre todo teniendo en cuenta que los cerdos estaban supuestamente libres del germen.

Así, Griffith ha desarrollado su propia teoría sobre las causas que llevaron a Bennet a la muerte tras el trasplante: “Personalmente, sospecho que desarrolló una fuga capilar en respuesta a su explosión inflamatoria, y eso llenó su corazón de edema, el edema se convirtió en tejido fibrótico y sufrió una insuficiencia cardíaca diastólica grave e irreversible”.

En cualquier caso, Griffith ha reconocido que la de Bennet ha sido "una pérdida dura" y los investigadores familiares del fallecido esperan que, al menos, su muerte no haya sido completamente en vano y los "conocimientos invaluables" que han obtenido de este caso "beneficie a futuros pacientes y, con suerte, algún día, termine con la escasez de órganos que cuesta tantas vidas cada año”.

 
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