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“Nadie es maduro ni adulto cuando utiliza las redes sociales”

El director francés Laurent Cantet estrena Arthur Rambo, la caída a los infiernos de un joven escritor a golpe de tuits

Rabah Nait Oufella, en una escena de la película Arthur Rambo

El realizador francés Laurent Cantet está expectante ante el resultado de las elecciones presidenciales del próximo domingo en Francia: “Sí, me da miedo la victoria de Marine Le Pen. Me da miedo por la cultura. Pero es muy posible que mi vida diaria no cambie mucho si Marine Le Pen gana. Me aterra que la vida de los extranjeros que viven en Francia cambie completamente. Ella no esconde sus ideas de echarles y, si no puede echarles, retirarles una serie de derechos sociales que tienen ahora. Y eso da pavor”. dice.

La película que ha dirigido y que ahora estrena en España, Arthur Rambo, llega, por tanto, en el momento más oportuno. El film es la crónica de la caída a los infiernos de una promesa literaria. Karim D es un joven de origen argelino que se ha convertido en la nueva sensación del país con su nueva novela, en donde refleja la vida de los emigrantes musulmanes. De repente, unos tuits escritos por él en el pasado, bajo el seudónimo de Arthur Rambo, salen a la luz. Son unos comentarios que no dejan títere con cabeza. Insulta a los judíos, a las feministas, a los homosexuales… En 48 horas su prestigio cae por los suelos.

“Para mí la película tomó forma cuando me di cuenta de que no tenía que contar toda la vida de Karim sino solamente 48 horas. Es decir, adopto la velocidad de las redes sociales. Con eso basta”, explica el director francés. “En las redes sociales dispones de muy poco tiempo para escribir y de repente hay una contestación y luego otra y otra… Y no te da tiempo de tener conciencia del alcance que tienen esos tuits”.

Rabah Nait Oufella, protagonista de la película Arthur Rambo

Laurent Cantet, que ganó en 2008 la Palma de oro del Festival de Cannes con La Clase, un film que analizaba el sistema educativo francés, partió de la historia real del bloguero Mehdi Meklat para retratar la influencia que tienen las redes sociales en el mundo actual. “Creo que nadie es muy maduro ante las redes sociales”, dice. “No somos adultos. Da igual que tengamos 16 o 65 años. Es como si estuviéramos aprendiendo a hablar. Creo que la necesidad ahora mismo es madurar; aprender a utilizarlas; aprender su complejidad, su fuerza y su poder. Pero tampoco quiero parecer un reaccionario hablando de las redes sociales. Me parecen unas herramientas que pueden ser sumamente útiles si son bien utilizadas. Lo que realmente me molesta y me incomoda es cuando formatean el pensamiento”.

Laurent Cantet plantea de manera muy inteligente en el film todas las caras del caso. ¿Son esos tuits tan solo una provocación juvenil? ¿Hay que respetar la libertad de expresión de todos, digan lo que digan? ¿Son solo una licencia artística o detrás de ese pseudónimo de Arthur Rambo se esconde el verdadero pensamiento de Karim? “No creo que Karim sea racista, antisemita y homófobo”, contesta el director. “Es el mecanismo de las redes sociales el que le empuja a reemplazar el pensamiento por el éxito. Karim se lo pregunta en la película ¿Quería esconderse en el pseudónimo para decir lo que realmente piensa o solo quiere ver hasta dónde puede llegar? Cada vez tenía más “likes” y él seguía escribiendo para provocar. En realidad lo que quiere es ser famoso. Hoy en día, si quieres tener “likes”, hay que provocar. Cuanto más provocador, agresivo y violento seas, más vas a atraer a la gente”, admite con pesimismo el cineasta.

Rabah Nait Oufella, protagonista de Arthur Rambo

Pero Arthur Rambo no es solamente una película que habla de las redes sociales. También es un retrato de la Francia actual. Como hemos dicho, Karim D es un joven musulmán que ha crecido en los barrios marginales. Allí es un referente, un ídolo entre los más jóvenes. En los círculos literarios parisinos es el ejemplo del éxito de la política de integración que durante décadas se ha llevado en el país. Todo salta por los aires cuando se conocen esos escritos. “No tenemos conciencia de que las redes sociales son un mundo paralelo a nuestra propia vida y que se inmiscuyen en ella”, dice Cantet. No tenemos conciencia de su alcance. Políticamente no me cabe la menor duda. Cuando piensas en cómo los políticos utilizan estas redes, como pasó con Donald Trump, que fue elegido gracias a unos trolls que llegaron desde Rusia, te das cuenta de que no solo influyen en la vida diaria sino en la vida política”.

Y Cantet vuelve a mostrarse enormemente preocupado por lo que puede pasar este domingo en su país si gana Le Pen: “Sería la expresión de una transformación de la sociedad. Se desdramatizaría el discurso de la extrema derecha. Se simplificaría el discurso político. Se hablaría con eslóganes y no se analizaría la complejidad de la situación”. La paradoja es que millones de hombres y mujeres en todo el mundo se informaran del resultado de las elecciones francesas por Twitter, un mundo en donde interactúan miles y miles de personas como Arthur Rambo.

Elio Castro

Elio Castro

Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...

 
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