La factura de la guerra

Madrid

“Proyectamos un recorte en el crecimiento global tanto para el 2022 como para el 2023. Por suerte, para la mayoría de los países ese crecimiento se mantendrá aún en territorio positivo, pero el impacto de la guerra contribuye a que preveamos una revisión a la baja para 143 economías, que suponen el 86% del PIB global, este año” así lo anunciaba la directora gerente del Fondo Monetario Internacional hace unos días en su discurso de apertura de los Encuentros de Primavera del FMI y el Banco Mundial, y así lo han corroborado los datos hechos públicos este martes por el Fondo: “más allá del impacto humanitario, la guerra frenará severamente la recuperación económica, ralentizando el crecimiento y disparando la inflación”, afirma el FMI en sus previsiones económicas mundiales. Y esa ralentización del crecimiento afecta al PIB global, al europeo y también al español. La economía española crecerá, según las nuevas previsiones, un 4,8% —lo que supone la segunda revisión a la baja del organismo para nuestro país: es un crecimiento un punto porcentual inferior a las últimas proyecciones del FMI y un 1,6% menos que en las del año pasado—. Así, España es la segunda economía europea que más sufrirá estos recortes, sólo por detrás de la de Alemania, aunque también es la economía que más crecerá este año en la Unión. Eduardo Bandrés, Catedrático de Economía de la Universidad de Zaragoza y Director de Economía Pública de Funcas, descarta que este recorte del crecimiento pueda derivar en una recesión. "Sería un escenario muy negativo, el peor. Si se pusieran en marcha medidas de embargos energéticos por parte de Rusia o un endurecimiento de las sanciones por parte de la Unión Europea que limitara o penalizara las compras de energía, sería un escenario muy negativo y todavía más cuanto más larga sea la contienda bélica. No obstante, los indicadores dependen de cómo se vean: si se ven en la comparativa de cómo teníamos a final del año pasado, o unos meses antes, naturalmente previsiones como las que formulaba el gobierno están ya fuera de toda realidad. Pero si se perciben en términos absolutos, en una previsión de que los mercados energéticos reduzcan las tensiones, como parece que está sucediendo en los últimos días, en esas circunstancias, tasas de crecimiento del 4,1% o 4,2%, que son las previsiones más negativas como promedio del año 2022, por ejemplo, de Funcas o del BBVA, o previsiones más positivas, como la del FMI, del 4,8% todavía son unas tasas que permiten encarar con cierta esperanza los próximos meses" apunta Bandrés en Hora 25 de los Negocios.

También la propia Unión Europea crecerá menos este año, un 2,8% según calcula el organismo, que estima que la inflación estima se limitará a este año y que el año que viene los precios sólo crecerán un 2,5%. Un asunto que, por cierto, preocupa especialmente a los expertos pues, según apuntan en su informe, “en los países en desarrollo, el aumento de los precios del carburante y los alimentos puede provocar revueltas sociales”. “” apunta Bandrés. Sin embargo, como no podía ser de otra manera, uno de los países que mayor impacto sufrirá en su economía es Rusia: su PIB se contraerá este año un 8,5% y un 2,3% en 2023. "Las circunstancias aconsejarían un endurecimiento de las medidas sobre Rusia, vistos algunos de los actos que resultan absolutamente reprobables desde el punto de vista humanitario, pero hay que reconocer que Europa es el escenario económico que tiene mayor vinculación con Rusia y mayor riesgo en cuanto a los posibles efectos de un embargo. Creo que Europa se vería muy dañada por esas sanciones" señala Bandrés.