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José Luis López Vázquez, el actor con "cara de lavabo" que antes triunfó como dibujante

En el centenario de su nacimiento la Filmoteca Española inaugura una exposición sobre sus bocetos, diseños y dibujos que realizó antes de convertirse en el actor más versátil del cine español

Las mejores películas de José Luis López Vázquez / Cedi

Solía decir José Luis López Vázquez que tenía cara de lavabo. Lo decía delante de su hijo que hoy recuerda esa divertida expresión, que nos habla de un intérprete cuyo trabajo y talento estuvo siempre por encima del físico y no a la inversa. Algo nada fácil en un arte, el del cine, donde la imagen idealizada de los actores y actrices es la norma. La sombra del prototipo de galán revolotea sobre ellos; mientras que sobre ellas la sexualización del cuerpo. López Vázquez superó todo eso. Lo hizo con una carrera versátil, diversa y valiente.

Nación un 11 de marzo de 1922, hace cien años. Hijo de una modista y de un funcionario público. De hecho, él mismo empezó a trabajar como funcionario y como dibujante. Lo hizo mientras aspiraba a dedicarse a la interpretación. Lo logró. Fue uno de los actores más fascinantes del cine español que habría cumplido 100 años en un par de días, dejó un legado de más de 250 largometrajes en 60 años de carrera, entre ellos, algunas obras maestras del cine español.

Con 17 años ingresó en el Teatro Español Universitario (TEU), donde coincidió con el director teatral Modesto Higueras, para realizar posteriormente sus primeros trabajos en el cine como figurante y asistente de dirección en películas como 'María Fernanda, la jerezana' (1946). Tras estos trabajos, su debut como actor se produjo en el Teatro María Guerrero de Madrid en 1946 donde sustituyó al actor Félix Navarro, en la obra 'El Anticuario' y formó parte de las compañías de Conchita Montes y Alberto Closas. Es en la década de los 50 cuando da el salto al cine y comienza a labrar sus primeros éxitos como actor.

La versatilidad. Era una máquina de hacer películas, le daba igual ocho que ochenta. Él tiraba adelante y ya está. Era muy arrollador, tanto haciendo sus aspavientos, como yendo detrás de las suecas. De repente, le llama Saura, se quita el bigote y cambiaba totalmente. Y eso que él decía que tenía cara de lavabo", describe su hijo José Luis sobre una de las grandes características de la interpretación de su padre. Era casi un camaleón, podía adaptarse a todos los papeles con un físico de español normal y corriente, que conectaba con los ciudadanos de a pie.

Capaz de cualquier reto, su cómica manera de deletrear algunas palabras para provocar a la audiencia -su famosa "se-ño-ri-ta" - pasó a la historia como su seña de identidad. Atraco a las tres, Plácido, La gran familia, Vamos a contar mentiras, Historias de la televisión, Operacioón Plus Ultra, Amor a la española fueron obras que lo acercaron al gran público, gracias a su carisma, simpatía y a su vis cómica. Cuando tenía la comedia dominada cambia de registro. Es algo que hizo en multitud de ocasiones. De ahí, su trabajo en Mi querida señorita, con Jaime de Armiñán, una de las películas más atrevidas de la historia de nuestro cine que se adelantaba al retrato de lo queer, con Franco vivo en 1972.

Cuenta la vida de Adela Castro (López Vázquez), una mujer soltera enamorada de su criada, Isabelita (Julieta Serrano), que vive en un continuo desasosiego emocional; cuando finalmente acude al médico, descubre que sus genitales son masculinos, algo que desconocía porque su familia siempre la trató como una mujer. La película fue seleccionada para representar a España en los Oscar de 1973, aunque no llegó al final; aún así, López Vázquez fue a Hollywood, donde fascinó su atrevimiento y contención interpretativa hasta el punto que hubo directores como George Cukor que quisieron trabajar con él.

Antes se había acercado al cine de Saura, con Peppermint Frappé y La prima Angélica, donde se interpretaba de niño y de adulto. Dice el director aragonés que Chaplin dijo de él que era uno de los mejores actores que había visto, con su físico, de españolito de a pie, su bigotillo y sus ojos expresivos. Rodó con Ozores, con Gracita Morales, con Lina Morgan. También con Pedro Olea, en uno de los regirstros más dramáticos en El bosque del lobo y lo vimos atemorizado en La Cabina, ese maravilloso experimento de Mercero que ganó el Emmy. Por cierto que uno de sus últimos papeles también fue con Mercero en 2007, ¿Y tú quién eres? El otro último papel fue el de Don Aquiles en Luna de Avellaneda, película del director argentino Juan José Campanella.

Escenografía de El perro del hortelano (1954). Museo Nacional del Teatro (Almagro) / FILMOTECA

Todos estos trabajos, toda esta carrera artística y creativa no hubiera sido la misma sin una parte importantísima en su formación: la pintura y el dibujo. Es la faceta más desconocida de López Vázquez. Por eso, la Filmoteca Española acaba de inaugurar una exposición sobre sus dibujos, bocetos y carteles. 'Del escenario a la pantalla. Los diseños de José Luis López Vázquez, comisariada por Joaquín Cánovas Belchí, catedrático de Historia del Arte. Su hijo había guardado todo, también han colaborado la actriz Carmen de la Maza, recientemente fallecida y el Museo Nacional del Teatro de Almagro.

Mientras hacía teatro y pequeños papeles en cine, se ganaba un sustento con sus diseños. Hacía vestuario para teatro, para cine. También decorados y encargos para ministerios, instituciones, como diseños para promocionar el aceite de oliva, que le encargó la Vicesecretaría de Educación Popular, después Ministerio de Información y Turismo. La muestra traza un itinerario que abarca desde sus inicios y periodo de formación, hasta sus trabajos como figurinista y escenógrafo, así como su labor en el campo del diseño gráfico. Compaginó estas actividades con la de actor hasta que en 1958 hizo su primer papel protagonista en El pisito, de Marco Ferreri. Desde ese momento abandonó el dibujo para siempre. "Solo volvió a dibujar cuando nací yo, que me hizo un retrato", reconoce su hijo. "Eso sí, se compró un caballete que nunca usó".

Personajes de La vida es sueño (1953). Colección Carmen de la Maza / filmoteca

El recorrido comienza con los primeros figurines que realizó para el Teatro Español Universitario de Modesto Higueras y José Caballero, heredero de La Barraca de Federico García Lorca; hasta llegar a las escenografías de su etapa en el Teatro Nacional María Guerrero. En el ámbito del cine, su primer contacto fue en 1942 como dibujante de figurines en ‘Sucedió en Damasco’, película dirigida por José López Rubio. Hasta 1957, López Vázquez participó en 11 películas más como dibujante.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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