Punto de FugaPunto de Fuga
Internacional

Del 'Ministerio de la Mujer' al de 'Prevención del Vicio': “En Afganistán se ha producido un apartheid de género”

Entrevista Sima Samar, exministra afgana, con motivo del Día Internacional de la Mujer

8M: Apartheid de género en Afganistán

8M: Apartheid de género en Afganistán

54:05

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1647075194557/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Sima Samar (Jaghori, Afganistan, 1957) fue ministra de Asuntos de la Mujer en su país. Una cartera que, desde la toma del país por parte de los talibanes, se ha convertido en la de Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio. Este 8 de marzo, día internacional de la mujer, Samar reflexiona sobre la involución que se vive en su país desde este verano, cuando el grupo integrista islámico se hizo con el poder, en un giro que la exministra califica de “derrota internacional y del pueblo afgano”.

Desde la huída de la comunidad internacional, en Afganistán se vive “un apartheid de género”, explica por teléfono desde Boston (EE.UU) país en el que vive desde hace años y donde se ha establecido ante la imposibilidad de regresar a su casa. El apartheid fue el sistema de segregación social impuesto en Sudáfrica por la minoría blanca. La situación es similar a la de ahora en Sudáfrica, donde el 48% de la población masculina impone a las mujeres una visión patriarcal extrema.

“No nos engañemos. Afganistán ya era una sociedad patriarcal antes”, explica la exministra. Ella sufrió el machismo en sus carnes desde niña y cuando fue ministra. “Nuestras carteras estaban económicamente menos dotadas. Necesitábamos de la comunidad internacional para muchos proyectos”, explica a la Cadena SER.

Punto de fuga | Afganistán: la huida continúa

52:38

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1642853752764/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

La segregación de las mujeres se ha recrudecido desde el verano pasado. “Han puesto a una parte de la población por encima de la otra, dándole una posición superior a la masculina, y dejando a las mujeres en una situación inferior” explica. Esta separación se ve en las calles, donde a muchas se les impone el burka, la prenda pastún que cubre todo el cuerpo femenino, pero también se empieza a imponer dentro de las familias. “Sin empleo y sin salario, las mujeres no saben lo que hacer, porque dependen completamente de los hombres de la familia”, sentencia.

Más información

Los talibanes han destruido el sistema educativo, lo que abre la puerta a que el machismo se propague entre los niños desde pequeños. La proliferación de las madrassas, las escuelas islámicas, en el país tiene un efecto “devastador” para la formación en igualdad. “Si no hay buena educación, hay problemas. Por supuesto que no tienen la igualdad entre sus prioridades. Se centran en la formación religiosa, y el uso que hacen de la religión es una forma de controlar a las personas”, señala.

Menos evidente, pero igual de crítico es lo que ha sucedido en la educación superior, donde muchas mujeres, presionadas, han tenido que abandonar sus estudios en las universidades privadas -las públicas han cerrado- ante la imposibilidad de trabajar de lo que se han formado. “Hay mucha discriminación en las universidades privadas. Te dicen que no puedes vestir así, las clases deben estar separadas… El número de estudiantes ha bajado dramáticamente”, indica Samar.

Las mujeres solo pueden trabajar en empleos de salud, mayoritariamente como enfermeras. Había 270 juezas en ese país, pero ninguna ejerce. Con la destrucción del estado de derecho por parte de los talibanes, es “impensable” que se puedan perseguir delitos como violencia de género en ese país.

Es por ello que, desde las activistas feministas y pro derechos humanos en Afganistán, se pide a la comunidad internacional que, si finalmente se plantea reconocer a los talibanes, se ponga sobre la mesa y como condición sine qua non, el respeto por los derechos de la mujer. Samar es escéptica al respecto, pero cree que vale la pena al menos intentarlo, al menos para mejorar la vida de las millones de mujeres que occidente ha dejado a su suerte.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00