¿Cómo están explicando la guerra entre Rusia y Ucrania a los estudiantes de bachillerato?

Madrid

Tocaba psicología para los alumnos de Excelencia de 2º de Bachillerato del Intituto Arquitecto Ventura Rodríguez, situado al oeste de Madrid... pero toca guerra. El libro de Historia marca la página de España tras la Segunda Guerra Mundial y el salto es grande, salto hacia un país que estos chicos y chicas saben situar en el mapa y poco más. Esta semana están aprendiendo a fuerza de bombas, crisis humanitarias y titulares a toda página.

Al fondo del aula hay un cartel en el que se lee: "Los del fondo tenemos voz.. y frío". Justo al otro lado, sobre la pizarra permanece proyectado un mapa político de la Europa después de la 1ª Guerra Mundial y Eduardo, el profesor de Historia les explica la excepcionalidad del momento. Delante de él hay una veintena de pupitres impolutos. No hay un folio, no hay un bolígrafo... solo la atención plena de futuros médicos, bioquímicos, veterinarias, ingenieras: "Una pregunta: yo entiendo que el ejército esté entrenado para seguir las órdenes de Putin pero, ¿esta gente que reclutan que no está a favor de la guerra y le entregan una pistola? Su compañera le contesta: "Teniendo a la figura de Putin como poder supremo, ya te digo yo que no le queda otra. Al segundo puede llegar a tu casa y matarte. Esto es una autocracia". "Sigo sin entender -replica la primera alumna- cómo alguien puede matar a alguien simplemente porque se lo diga alguien".

Se informan del conflicto a través de WhatsApp

Para entonces sobre la pizarra ya no está el viejo mapa de Europa, sino una pintura de Goya. El profesor recuerda que el cuadro del 2 de mayo recuerda una insurrección popular. "El pueblo de Madrid se levantó contra el mayor ejército de la época, el ejército francés", apunta. Los alumnos recuerdan el afán imperialista de Putin y al debate se suman algunos alumnos de la ESO, con lo que perdemos edad y ganamos inocencia. Estos chicos y chicas de 15 años reconocen que la información les llega sobre todo a través de los grupos de WhatsApp, de amigos o de alguna conversación familiar y quizá eso les haga pensar que no, que todo esto que nos asusta, será un borrón.

Se recuerdan los puntos de inflexión que tienen todas las guerras o la necesidad de que los libros de historia incluyan más testimonios y menos números.

Se acaba el tiempo. La clase ha cambiado de color porque mientras debatían, el día se ha hecho sitio. Sobre la superficie del encerado ya no está Goya. Ahora, esa enorme pizarra verde acoge proyectado el Guernica de Picasso que en silencio escucha también debatir sobre una guerra con la que tampoco contaba.