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La Real vuelve caer en dieciseisavos en Europa

El RB Leipzig gana en el Reale Arena (1-3) mostrándose superior a un equipo donostiarra que repite el planteamiento de Alemania, pero con un resultado muy diferente

SAN SEBASTIÁN, 24/02/2022.- El delantero sueco de la Real Sociedad, Alexander Isak, se lamenta tras fallar una ocasión durante el partido de dieciseisavos de Liga Europa que disputan Real Sociedad y RB Leipzig, este jueves en el estadio Reale Arena de San Sebastián. EFE/ Javier Etxezarreta / Javier Etxezarreta EFE

San Sebastián

La Real Sociedad se despide de Europa con la sensación de que, quizá, podía haber hecho algo más en este partido de vuelta contra el Leipzig, si hubiera jugado con la misma idea y la misma intención de las ultima media hora de juego desde el principio. Porque volvió a jugar con cinco defensas, y los donostiarras no fueron todo lo competitivos que demandaban el momento. La sensación es que la primera parte se le escapó entre los dedos de forma incomprensible, y que cuando quiso reaccionar, en la segunda mitad, ya era demasiado tarde como para poder soñar con darle la vuelta al marcador. Y eso que lo buscaron, porque en ningún momento bajó los brazos, pero no pudo ser. Porque el Leipzig se mostró superior en todo momento, y porque parece que la Real tampoco llegaba en su mejor momento a esta eliminatoria. Después, habrá que analizar la insistencia de Imanol en repetir el planteamiento de la ida, que en Alemania sí salió bien, pero en Donostia quizá la ocasión demandaba ser más valiente. Salieron demasiado pensando en el nivel de su rival, y no tanto en su propio nivel, que es mucho mejor de lo demostrado en este partido de vuelta. También le penalizaron dos penaltis, uno parado por Ryan y con el rechace cazado por Orban. A todo perro flaco todos son pulgas. Pero a pesar de que haya aspectos que mejorar, hay que valorar la regularidad con la que esta Real se ha instalado en este tipo de partidos de tanta exigencia. Esta vez el Leipzig fue mejor. Habrá que insistir para volver.

Imanol Alguacil insistió de partida con la idea que ha utilizado en los últimos partidos con resultado desigual. Bien en el partido de ida en Alemania, no tan bien en el derbi vasco de San Mamés. La Real se replegó en exceso delante de su área grande y le cedió toda la posesión al RB Leipzig, aunque quizá fue demasiado. Porque dio la sensación en toda la primera parte de que el partido se jugó a lo que quisieron los alemanes. El inicio del encuentro fue un horror, con la Real persiguiendo sombras y sufriendo para achicar agua de las inmediaciones de su área. Y cuando quería correr, estaba tan lejos del área alemana que era imposible que le pudiera sorprender. Hubo algún amago, pero era una especie mucho ruido y pocas nueces, pero sin hacer tampoco demasiado ruido. Y eso era lo peor. La Real salió demasiado prudente, más preocupada de no dejar correr al Leipzig que de correr ella a por la clasificación.

Ryan se erigió en el mejor realista de la primera parte, apagando varios fuegos que él mismo había encendido. Y parando un penalti que él mismo había cometido al llegar tarde a un entre líneas de Dani Olmo. Nkunku era arrollado, pero el australiano se reponía para detener el penalti a André Silva. Pero de forma incomprensible Orban llegaba bastante antes que los defensores de la Real, y mandaba el balón al fondo de la red. Con ese 0-1 se llegaba al descanso, con la sensación de que el equipo alemán era superior, pero también como si los donostiarras hubiera tirado esa primera parte, con un planteamiento que no le ayudó nada, porque estuvo siempre a merced de lo que quiso el Leipzig.

Se esperaba un cambio de sistema en la segunda parte, que Imanol agitara la coctelera, en busca de una reacción que no se atisbaba en el horizonte. Pero Imanol insistió en su planteamiento de cinco jugadores y el partido discurría por unos derroteros que no le favorecían en nada. La Real estaba encogida y jugaba como arrugada, no terminaba de imponerse en las disputas y perdía todos los duelos, y los rechaces caían del lado alemán todo el rato. Apenas llegaba a la portería de Gulacsi, porque estaba demasiado lejos todo el rato del área rival como para poder sorprender al Leipzig. Y cuando Imanol quiso reaccionar, cuando perjeñaba los cambios para modificar el sistema, jugador con defensa de cuatro y dar un paso al frente, llegó el segundo mazazo de la noche. Un balón dividido que otra vez ganaban los alemanes le llegaba a André Silva, que fusilaba la portería de Ryan sin compasión desde fuera del área.

La eliminatoria empezaba a verse muy negra. Pero entonces la Real se reveló contra su destino, que parecía escrito en ese momento, su adiós a la Europa League. Con su sistema habitual, recuperó sus señas de identidad, adelantó sus líneas en busca del milagro y llegó a soñar con ello. Zubimendi cazó un balón dentro del área, rompiendo el fuera de juego a pesar de la insistencia del linier de decretar jugada invalidada, y la esperanza llegaba al Reale Arena. Fueron unos minutos de locura, en los que la Real de verdad estuvo metido en la eliminatoria, en los que estuvo cerca la prórroga. Curiosamente, cuando la Real se parecía más a la Real. Sorloth rozó el empate y la grada se enganchó de nuevo. Eso era lo que querían haber visto de su equipo desde el principio. Los realistas fueron valientes por fin y pusieron en muchos aprietos al equipo alemán, que se alió con la suerte para finiquitar su clasificación con un contragolpe de Nkunku que cortaba con la mano Aritz Elustondo. Forsberg no fallaba desde los once metros y metía al Leipzig en octavos de final. Jarro de agua fría para una Resl que vuelve a caer en dieciseisavos de final y que luchó hasta el final, pero ya consciente de que su aventura europea llegaba a su fin. Habrá que aprender de este nuevo viaje por el continente, e intentar volver la temporada que viene para insistir con superar esta ronda de la Europa League.

Roberto Ramajo

Roberto Ramajo

Entro en el grupo en 2002 como redactor de prácticas. En 2005 se incorporó a la redacción en Gipuzkoa...

 
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