Sociedad
Prisiones

Incautados 168 teléfonos en la prisión de Lanzarote en los últimos cinco años

Varios sindicatos recuerdan que los móviles son un objeto prohibido dentro de las prisiones para evitar la continuación del delito, entre otros, de bandas organizadas o de violencia de género

Centro Penitenciario de Tahiche, en Lanzarote. / Cadena SER

Arrecife

El sindicato ACAIP-UGT afirma que desde 2017 y hasta 2021, se han incautado un total de 168 teléfonos móviles en el Centro Penitenciario de Tahiche siendo el año 2019 el que registró una mayor cantidad de incautaciones, siendo requisados un total de 52. Desde el sindicato, se ha querido destacar el trabajo que realizan los empleados públicos penitenciarios para evitar el comercio ilícito de estos elementos prohibidos en las prisiones.

Añaden que en muchos casos, estos teléfonos son utilizados para continuar con la actividad delictiva y sustraerse al control de las comunicaciones. Se trata de objetos muy cotizados por aquellos internos que tienen restringidas las comunicaciones, como los presos por violencia de género, delitos de terrorismo o pertenecientes a bandas organizadas y las relacionadas con el narcotráfico.

Señalan que el uso de estos teléfonos puede generar deudas entre los internos e incidentes por el control de los mismos, por ello, los trabajadores penitenciarios dedican grandes esfuerzos en el decomiso de estos objetos, la mayoría de los cuales se camuflan fácilmente por su reducido tamaño y escapan a los detectores de metales al ser sus componentes de plástico. Afirman que han encontrado los móviles en los lugares más insospechados, como suelas de zapatos, botes de refresco o en productos higiénicos lo que hace necesaria una requisa exhaustiva de los módulos requieriendo así del personal necesario y de una formación especializada.

ACAIP-UGT asegura que para cumplir el mandamiento constitucional de reinserción y reeducación es imprescindible una convivencia ordenada dentro de las prisiones, y la introducción de objetos prohibidos "perjudica gravemente el funcionamiento normal de un centro penitenciario" por lo que consideran que son precisos los medios materiales y humanos suficientes, para evitar su entrada y para realizar el control en el interior. "Pero todo esto requiere, a su vez, del correcto funcionamiento de los inhibidores de las prisiones y que se adapten a las nuevas tecnologías. Si limitamos las posibilidades de uso, reducimos la utilidad y evitamos el comercio ilícito".

Desde ACAIP_UGT insisten en la necesidad de ocupar todas las vacantes, "las nuevas promociones apenas cubren las bajas vegetativas, además, hay que adaptar el organigrama de los centros penitenciarios a las nuevas formas de delincuencia, y redimensionar la relación de pestos de trabajo para ajustarlas a las nuevas funciones. Por eso es preciso retomar la negociación de la Ley de Función Pública penitenciaria para afrontar los nuevos retos a los que se enfrenta la institución".

 
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